La sal que consumimos habitualmente suele estar
compuesta casi en un 98% por cloruro sódico y aditivos. Hablamos de sal
refinada, que ha sido tratada industrialmente. Todos sabemos que el consumo
excesivo de cloruro de sal puede ser a medio y largo plazo perjudicial para el
corazón y nuestro sistema inmune, según diversas investigaciones. De ahí que
los nutricionistas y expertos en dietética suelen recomendar reducir el consumo
de sal en nuestras comidas habituales.
Frente a este tipo de sal, tenemos por el
contrario la sal sin refinar. La sal marina
sin refinar contiene un menor porcentaje de cloruro sódico y el resto son
minerales como magnesio, yodo y otros oligoelementos que son beneficiosos para
tu salud. Se puede encontrar fácilmente en supermercados y, aunque todavía
tiene cloruro sódico, es mucho menos nociva para la salud. En este post vamos a
hacer una comparación entre la sal marina sin refinar y la sal común.
Sal común vs. Sal marina sin refinar
Existen diversas razones por las que tendríamos
que valorar más la sal marina sin refinar que la sal común que tanto se consume.
Estas razones las encontramos si examinamos los distintos tipos de sal desde
diferentes ángulos.
1.
Componentes. La sal marina posee un 10% menos de cloruro sódico y contiene mayor
porcentaje de minerales. Calcio, cinc, magnesio, hierro y cobre. En cambio, la
sal de mesa contiene un 97,5% de cloruro sódico, que ni siquiera es el
porcentaje natural de la sal extraída del mar, que se halla en torno al 84%. A
la sal refinada se le han extraído minerales que son beneficiosos para el
organismo en un proceso de limpieza y depuración, beneficioso para la industria
de la sal, destinada también a otros fines y no sólo al consumo humano.
2.
¿Es dañina o no? El consumo excesivo de sal es perjudicial, ya que aumenta la tensión
arterial. Ahora bien, un consumo moderado no sólo no es nocivo, sino que es
beneficioso para el organismo cuando le aportamos nutrientes y minerales
esenciales, que también se encuentran en otros alimentos, pero que podemos
adquirir a través de la sal.
3.
Sabor. No todas las sales tienen el mismo sabor, y algunas salan menos que
otras. Pero eso precisamente nos ayuda a darle sabor a nuestros platos, sin
incurrir en un consumo excesivo de sal. Hay alimentos que se pueden consumir
sin sal y son saludables, pero otros en los que puede resultar demasiado soso
para el paladar. De ahí que si queremos añadirle sal, en muchos restaurantes se
utilice sal marina sin refinar.
4.
Proceso industrial. La sal marina no tiene aditivos químicos generados en el proceso
industrial, mientras que la sal común sí que ha sido procesada. Es por tanto un
producto más natural, que nos aporta los beneficios de la sal normal y evita el
consumo aditivos químicos potencialmente perjudiciales para nuestra salud.
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